LENGUAJE INCLUSIVO: no se trate de que todes hablen así

Ciertamente, gran debate ha generado la propuesta de la utilización de la e como la vocal inclusiva de uso genérico. Necesario es, en toda controversia, despejar dudas y mitos acerca de esta alternativa del uso de nuestro lenguaje, puesto que es nuestro vehículo del pensamiento, nuestra herramienta de comunicación y el elemento esencial a través del cual establecemos relaciones interpersonales. Pasemos a revisar algunos preceptos claves para que podamos abrir el debate con fundamento.

El día lunes 05 de noviembre, visitó la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (mi alma máter <3) el doctor, profesor y lingüista Miguel Ángel Sarmiento, quien, actualmente se desempeña como docente en la Universidad de Linnaeus, Suecia. Aquí llevó a cabo su charla titulada: " La vocal "e" como alternativa para evitar el masculino genérico desde una perspectiva psicosociolingüística". Como me encantan estos temas sobre la inclusión, la igualdad y el amor, obvio que asistí, por lo tanto, lo que viene a continuación es el resumen de aquella propuesta con la que estoy absolutamente de acuerdo.

Para llevar a cabo la charla, el profesor abrió con la proyección de un mensaje que decía: "Bienvenidas" y les preguntó a los hombres presentes cuán incómodos se sentían. Ellos asumieron cierto grado de incomodidad, porque "no es lo que uno acostumbra". A partir de tal apertura, Miguel Sarmiento, hizo hincapié en que algo similar les ocurría al 50% de la población: las mujeres. Así, entonces,  comenzaría su charla que se fundamentaría en la respuesta de dos cuestionamientos y una afirmación que trataré de resumir y explicar lo más claramente posible a continuación. 

El primer cuestionamiento fue: ¿existe alguna explicación que nos permita concluir en forma categórica que la forma genérica del plural deba ser el masculino y no el femenino? porque, claro, todos sabemos que la Rae afirma que el genérico, vale decir, el género en el que se incluyen otros géneros es, precisamente, el masculino y sí, lo es. Lo sabemos, reitero. Porque la Rae lo dice, pero, ¿desde dónde surge esta prescripción?, es decir: " (...) por qué durante el desarrollo del castellano se llegó a preferir como genérico al masculino antes que el femenino. Ello, siempre bajo la premisa de que el habla, el uso, siempre es anterior a la norma" (Sarmiento, 2018). 

El segundo cuestionamiento fue: desde una perspectiva diacrónica (histórica) ¿es posible llegar a concluir que la preferencia por el masculino genérico haya tenido su origen histórico y perpetuación en una visión de inferioridad de la mujer respecto del hombre? porque, claro, ¿cuál es la razón para afirmar: el genérico es masculino, yo mando y punto?, ¿cuáles son esos fundamentos históricos?, ¿qué pasó antes?, ¿cuál era la visión de la mujer y del hombre en sociedad?

En tercer lugar, la afirmación que planteó aclara que: "Las propuestas sobre lenguaje inclusivo solo se refieren a la especie humana, ya que, hasta donde se tiene conocimiento, es la única con el atributo de percibir justicia, discriminación o invisibilización (...). De allí que no resulte procedente discutir sobre la opción: perres o gates/cuadernes o silles" (Sarmiento, 2018), porque, evidentemente, ne se trate de hebler esí tede el tiempe. Se trata de visibilizar a quienes, con mucha razón, se sienten innombrados y, por lo tanto, inexistentes.

Para responder a los dos primeros cuestionamientos planteados, el doctor en lingüística lleva a cabo una revisión histórica acerca de la percepción de los hombres sobre las mujeres para ilustrar la misoginia de la que hemos sido víctimas hace siglos. Les mostraré un par de citas insignes que seguirán afianzando nuestra rabiecita que sentimos: 

1. Las mujeres son resultado de una degeneración física del ser humano, Platón. 

2. Las mujeres son seres humanos defectuosos, Aristóteles.

3. La mujer es fuente de mal, un castigo eterno para los varones, aunque un mal necesario que podía ser útil para los quehaceres del hogar, Hesíodo.

4. El apóstol quiere que las mujeres, que son manifiestamente inferiores, estén sin falta, para que la Iglesia de Dios, sea pura, Ambrosio.

5. No puede dudarse, de que está más en consonancia con el orden de la naturaleza que los hombres gobiernen sobre las mujeres, antes que las mujeres sobre los hombres, SAN Agustín

6. Según el Malleus Maleficarium, tratado publicado en Alemania en 1487 (4 siglos exactos antes de mi nacimiento) para cazar brujas en la Inquisición, la mujer era considerada como tal en tanto la brujería provenía del apetito carnal que en la mujer insaciable. Además, la superstición se encuentra en estas dada su naturaleza crédula, lo que las hace propensas a la malignidad y embusteras por naturaleza. Así, el pecado de la mujer destruye el alma y la despoja de gracia y todos los reinos del mundo han sido derrotados por mujeres. Ah, además, no les ocurra ser lindas, porque quienes lo son hacen mortífera la vida del hombre. ¡Qué lindo!, ¿no?

Bonus: "existen tres vicios generales que tienen un especial dominio entre las mujeres: la infidelidad, la ambición y la lujuria" (Institoris Kramer y Sprenger en Sarmiento, 2018)

7. Luego refiere a la Guía de la buena esposa, escrita por la española Pilar Primo de Rivera en 1953, cuyos "consejos" fueron descritos y altamente socializados en la época. Solamente voy a destacar un par, porque no sé si seré capaz de seguir escribiendo tanta barbaridad: 

-¡No te quejes! no lo satures con problemas insignificantes: cualquier problema tuyo es un pequeño detalle comparado con lo que él tuvo que pasar. Una buena esposa siempre sabe cuál es su lugar. 

-Procura verte feliz: regálale una gran sonrisa y muestra sinceridad en tu deseo de complacerlo. Tu felicidad es la recompensa por su esfuerzo diario. 

Obvio que en algún momento nos tenía que hacer sentido aquello de que lo personal es político, ¿no? 

Ahora bien, lo que nos convoca: ¿por qué entonces se prescribe el uso del genérico masculino? Según Sarmiento (2018), el lingüista sueco Esaias Tegner explicó en 1892 que este se fundamenta en la supuesta superioridad masculina, vale decir: dado que el hombre es del sexo fuerte, en la lengua debe verse reflejada tal propiedad. Esta suposición, que ya había sido ampliamente sembrada en el mundo, permeó la institucionalidad y, por lo tanto, todos los escritos provenientes de esta. Así, por ejemplo, las leyes en nuestro país están escritas con el genérico masculino: "son responsables criminalmente de los delitos: 1° Los autores, 2° Los cómplices, 3° Los encubridores (¿las mujeres quedamos exentas de la ley?)

Según el modelo Etiolingüístico planteado por Sarmiento en 2006, el ser humano se expone culturalmente a una serie de saberes, creencias y conocimientos que, como estímulos, afectan la conducta lingüística de las personas, la cual refleja las ideologías y conocimientos fundados en contextos determinados. Así, no es de sospechar que las bases que afirman que la prescripción del uso del masculino genérico provienen desde una concepción profundamente misógina en la que la mujer, al ser considerada por el hombre como un ser inferior, no se la considera digna siquiera de ser mencionada más que para ser odiada y menospreciada (y asesinada).

¿Qué lugar tiene acá, entonces, el uso de la e como alternativa de un uso genérico?, ¿quién ha planteado este uso?, ¿fueron acaso las "feminazis" universitarias que en mayo lo revolucionaron todo? Ciertamente no, pues quien plantea esta idea es Álvaro García Meseguer  el 11 de noviembre de 1976. Sí, un día como hoy, hace 42 años proponía que: "como las desinencias en o y en a son, en la mayoría de los casos, las propias del masculino y del femenino, una solución sencilla consiste en asignar la desinencia e al género común, es decir, a la persona" (García Meseguer, 1976).

Sus motivaciones se ligaron, en aquel momento, con las consecuencias que un determinado uso podría ocasionar: "como en castellano se emplea el género gramatical masculino como extensivo, es decir, aplicable no solo a varón, sino también a persona, la consecuencia es, casi siempre, (...) una ocultación de la mujer, al par que una masculinización de la mente" (García Meseguer, 1976), lo que, según el modelo planteado por el lingüista en 2006, tiene asidero en tanto una conducta lingüística es el resultado de un gran conjunto de saberes y creencias sociales afianzadas a lo largo de los siglos, como esa de que la mujer es inferior y tentadora y mala y bruja y embustera y una larga lista de etcéteras.

Obviamente, García Meseguer previó que su propuesta causaría cierto escozor, al menos, en la comunidad lingüística: 

"por supuesto que muches lingüistes van a poner el grito en el cielo (probablemente más los lingüistas que las lingüistas), pero eso poco importa. Hay que revolucionar el lenguaje, que no es solo de les expertes, sino del pueblo todo que lo habla. La pureza, la tradición, etc., están muy bien cuando no son injustas o dañinas y, en este punto, hay daño e injusticia en el castellano heredado" (García Meseguer, 1976).

Entonces, más que preguntarnos si es correcto o no el uso de la e como la vocal genérica, deberíamos preguntarnos y, por sobre todo, avergonzarnos de las causas que configuraron la normativización del uso del genérico masculino, puesto que no solo refleja, en términos sociales, una misoginia eterna de la que se tiene registro desde antaño, sino que también desatiende a nuevas propuestas de usos lingüísticos provenientes de las demandas ejercidas por las mujeres. Cabe recordar que el comportamiento lingüístico es uno de muchos otros, tales como vestirse o comer y si nos comportamos de forma inclusiva, estamos, en consecuencia, actuando inclusivamente. El uso del lenguaje inclusivo es, entonces, político, pues nos posiciona como mujeres históricamente violentadas y oprimidas contra la institución que se esfuerza por hacernos callar aferrándose a argumentos vacíos que reflejan el odio contra nuestra existencia y nuestro levantamiento como sujetas que se pronuncian ante sus injusticias.








Comentarios

  1. Me encantó este articulo, a mi parecer logra demostrar con hechos históricos lo que hoy en día se esta buscando, además de clarificar para todas aquellas personas que no entienden que el uso de la 'e' para incluir a todo individuo dentro de cualquier frase no quiere decir que se busque una "superioridad feminazi", si no, una igualdad de trato en todo ámbito para ambos sexos

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  2. Impresionante, histórico y político <3
    Es bueno saber que tenemos bases solidas para defender el lenguaje inclusivo, para explicarle a las personas el por qué. De hecho ayer me pasó, que estábamos almorzando en el casino de faena y un compañero al sentarse dijo, buen provecho a todos, todas y todes, (se echan a reír algunos) por que todes?-pregunto una compañera- no sé - dijo mi compañero- para los indefinidos jajaja-(como si se tratara de un tema LGTB)-.
    Por que no leí esto antes! para darle cátedra del lenguaje inclusivo jaja
    Saludos Vivi, un abrazo y gracias por esto.

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